Si hay algo de lo que se puede hablar en tono positivo al tratar el Holocausto es cuando se habla de “Los justos entre las Naciones”

“Los justos entre las Naciones “es un título oficial que Yad Vashem otorga para reconocer a aquellas personas no judías que arriesgaron sus vidas para salvar a judíos durante el Holocausto. La motivación debe ser la pura intención de ayudar a judíos perseguidos, sin mediar a cambio pago alguno o cualquier otra recompensa tal como la conversión de la persona salvada, la adopción de un niño, etc.

Estas personas  reciben una medalla especialmente acuñada con su nombre, un diploma de honor y la ciudadanía honoraria del Estado de Israel, sus nombres, además, son grabados en el Muro de Honor en el Jardín de los Justos entre las Naciones en Yad Vashem, Jerusalén. Antes se plantaba un árbol pero por falta de espacio esto ya no se hace. ( En la foto Oskar Schindler junto a su árbol)

La Medalla de los Justos lleva la inscripción judía que dice: “Aquel que salva una vida, es como si salvara un universo entero”. Esto se hace especialmente real cuando en el acto de entrega se reúnen las familias de los supervivientes  -con sus hijos, nietos y a menudo biznietos-, que no hubieran existido si el salvador no hubiera actuado.

El riesgo al que se enfrentaban si eran descubiertos difería de un país a otro. Generalmente en Europa Oriental el precio era su propia vida y la de toda su familia. En Europa Occidental el castigo podía ser menos severo pero aun así algunos de los Justos fueron encarcelados y asesinados en campos de concentración. Por eso los salvadores y sus protegidos vivían en constante temor de ser denunciados y  apresados.

Por ahora hay más de veintisiete mil personas declaradas Justos, mujeres y hombres pertenecientes a todo tipo de estrato social, creencias, profesiones, y nacionalidades (incluida la española que a día de hoy cuanta con el honor de tener nueve Justos)

Los justos siempre dicen que nunca se habían planteado hacer lo que hicieron, que son personas normales que  frente a la injusticia decidieron actuar.

Y esto es lo más significativo, el hecho de que haya seres humanos que pasaran de ser observadores a  salvadores demuestra la existencia de cierta libertad de elección y que la salvación de judíos, por más difícil que fuera, no estaba fuera de la capacidad de las personas comunes. Los Justos de las Naciones nos enseñan la valiosa lección de que cada persona puede marcar la diferencia.

 

Al considerar todo esto viene a la memoria el pasaje bíblico de Mateo 25: 31-46 en donde al final de los tiempos el propio Señor Jesús reunirá delante de él a todas las naciones y apartará a los unos de los otros y dirá a unos porque tuve hambre, y me diste de comer; tuve sed, y me distéis de beber; fui forastero, y me recogisteis;… etc.

Entonces LOS JUSTOS le responderán diciendo: Señor ¿cuándo te vimos…? Respondiendo el Rey les dirá. “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”

Shalom

Créditos fotos: Yad Vashem