Hoy vamos a hablar de un médico polifacético que lo dio todo por los niños.

Más conocido por su pseudónimo literario que por su nombre real, Henryk Goldszmit nació el 22 de julio de 1878 en Varsovia en el seno de una familia judía asimilada.  Su padre Józef Goldszmit era un abogado muy cotizado, que proporcionó una vida cómoda a su familia,  hasta 1896 en que fue ingresado en una clínica psiquiátrica en donde falleció, por lo que Henryk con 18 años tuvo que empezar a dar clases particulares para ayudar a la familia, y su madre Cecylia a alquilar habitaciones en su casa.

En 1898, con 20 años, gana su primer concurso literario con el pseudónimo de Janusz Korczak con el que partir de ahora se le conocería. Hace sus exámenes de bachillerato e ingresa en la Facultad de Medicina de la Universidad de Varsovia, y empieza a trabajar en un Hospital infantil para niños judíos de Varsovia, acabando la carrera en 1905.

Ese año fue enviado como médico a la guerra ruso japonesa y cuando regresa vuelve de nuevo al hospital infantil para trabajar allí.

Fuente: Yad Vashem

Desde 1907   hasta 1910/11 permaneció en el extranjero ampliando sus estudios, trabajando en diferentes  hospitales infantiles y visitando centros educativos e internados, tomando la decisión de permanecer soltero y dedicar su vida a “servir al niño y su causa”.

En 1912 construye en Varsovia el orfanato para niños judíos “Dom Sierot” “Hogar de huérfanos”, siendo su director por 30 años, ayudado fielmente por Stefania Wilczyńska.

En 1914 al estallar la Primera Guerra Mundial fue nombrado director de un hospital militar en el frente ucraniano y empieza a trabajar en asilos infantiles en Kiev, donde conoce a María Rogawska-Falska, cuya amistad conserva y con la que en 1919 funda otro orfanato en Varsovia, esta vez dedicado a niños no judíos, llamado “Nasz Dom” “Nuestro hogar”.

En ambos orfanatos aplica su propia pedagogía, considerando a los niños personas dignas de derecho y respeto. Los niños se rigen por su propio reglamento pactado entre todos, al que todos obedecen, tienen su propio “Tribunal Infantil de compañeros”, editan su propia revista, etc, etc. Sus métodos son muy innovadores , y han constituido la base para la “Declaración de los derechos del niños” de la O.N.U.

Sigue escribiendo libros y también dirige un programa de radio para niños, por lo que su fama se acrecienta.

La invasión de Polonia por los nazis supone el traslado, en noviembre de 1940, del orfanato de niños judíos al interior del gueto de Varsovia, donde las condiciones de vida eran dificilísimas, y alimentar a 200 niños un problema diario.

Se le ofrece, en repetidas ocasiones, un salvoconducto para abandonar el gueto, pero siempre lo rechaza.

El tiempo se estaba acabando, los niños iban a ser evacuados del orfanato y “El Viejo Doctor”, sabedor de lo que les esperaba, les prepara con antelación representando una obra de teatro en donde el protagonista es un niño que al final muere.

El 5 de agosto de 1942 salió del centro,  con los doscientos niños y los doce maestros, hacia la Umschlagplatz de donde partían los trenes hacia los campos de exterminio. De nuevo le ofrecen salvarse y de nuevo lo rechaza.

Los niños con sus mejores vestidos marchan en fila, uno de los ellos agarrado al abrigo de Korczak.

Fue la última vez que se les vio. Su tren partió hacia el campo de Treblinka en donde todos murieron.

Sus hechos continúan brillando como un potente haz de luz en una época de profunda oscuridad.

Shalom